La Emperatriz Teresa Cristina y el origen de la Coxinha
Emperador Don Pedro II y la emperatriz doña Teresa Cristina eran individuos sencillos, reacios a cualquier tipo de lujo, y las comidas palaciegas se caracterizaban por la frugalidad. El plato favorito del Emperador, siempre presente en todas las comidas, eran las sopas, en especial un suculento caldo de pollo. Parece que esta preferencia fuera una especie de herencia genética, ya que su bisabuela, la reina doña María I de Portugal, también era amante del caldo de pollo, al igual que su abuelo, el rey don João VI, se deleitaba con los muslos de pollo asados.