En 1886, durante los últimos años de la Monarquía, el pintor de Paraíba, Pedro Américo, recibió el encargo del gobierno imperial de crear un cuadro que representara los acontecimientos que llevaron a la fundación del Imperio brasileño por el emperador Don Pedro I en 1822.
La obra de Américo se puso a disposición del público en un lugar destacado, solidificándola como la imagen de la Independencia y haciendo del mural la representación visual del evento del 7 de septiembre de 1822. Debido a su exhibición en un lugar destacado del Museo Ipiranga, adquirió un grado de reconocimiento oficial que la convirtió en la imagen más reconocida y difundida del evento, y en cierta medida, la identidad visual de ese hecho histórico.
El lienzo del renombrado pintor paraibano Pedro Américo, encargado por el Gobierno Paulista que en ese momento construía el Museu do Ipiranga en 1888, ilustra un heroico e impactante 7 de septiembre, alineándose con el papel heroico desempeñado por Don Pedro I. El propósito detrás la creación del lienzo no fue simplemente para ilustrar la Independencia de Brasil, sino más bien el inicio de su imperio. Por lo tanto, era necesario que la acción de Dom Pedro I se representara de manera que pudiera demostrar la importancia del evento y al mismo tiempo inspirar orgullo en los brasileños.
En 1886, el consejero imperial Joaquim Inácio Ramalho, entonces presidente de la Comisión Monumental de Ipiranga, firmó un contrato con Pedro Américo, en el que el artista se comprometía a pintar, en el plazo de tres años, un “lienzo histórico conmemorativo de la proclamación de la independencia del Príncipe Regente Dom Pedro en los campos de Ypiranga.” Antes de comenzar la pintura, el artista realizó una minuciosa investigación sobre el movimiento independentista, la vestimenta de la época y otros detalles.
También estudió obras de otros autores de pintura histórica como Ernest Meissonier y Horace Vernet. La obra fue expuesta por primera vez el 8 de abril de 1888 en la Academia de Bellas Artes de Florencia y, tres meses después, fue entregada al gobierno paulista. La obra agradó a los críticos de arte, siendo considerada en ese momento como una “pieza colosal” que llevaba “la marca de una imaginación creativa y una habilidad sólida”.
Durante la presentación de la obra en la Academia de Bellas Artes de Florencia, Pedro Américo pronunció un discurso en presencia del emperador Pedro II y su esposa, emperatriz teresa cristina, la reina Victoria del Reino Unido y otros líderes y autoridades.
“Sé muy bien, señor, que el lienzo que me atrevo a presentar a los descendientes o compatriotas de Rafael, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel es indigno del alto tema histórico o de la contemplación de Vuestra Majestad. Empero, si es cierto que el trabajo ennoblece al ciudadano, me siento muy honrado de haber completado una página destinada a conmemorar una de las más gloriosas gestas del Augusto Progenitor de Vuestra Majestad, y a la vez el primer soplo de vida de nuestra querida Patria como libre y nación independiente.”
Referencia: LIRA, Heitor. Historia de Dom Pedro II. Ascensión, Fastígio y Declínio. Brasil: Itatiaia, 1977.
IMPERIAL, Museo. Anuário do Museu Imperial. Brasil: Ministério da Educação e Saúde, 1946.
Matheus Araújo
Matheus es empresario de Araujo Media, donde se desempeña como CEO y Director Creativo. Comparte análisis en su blog personal "blog.matheusaraujo.me" y actualmente cursa la carrera de Publicidad y Propaganda. Además, es un apasionado de la historia, en particular de la de Brasil, lo que lo llevó a convertirse en el fundador y editor del portal Brazilian History.
