Desde su primer viaje a Europa, el emperador Don Pedro II había querido conocer al escritor y acérrimo republicano Víctor Hugo, pero el aislamiento del gran escritor y la agenda de viajes previa del emperador no cooperaron. En su nueva visita a Europa, con el célebre escritor nuevamente establecido en París, Dom Pedro intentó reunirse con él, pero no fue nada fácil.
En uno de los primeros intentos, a través de la embajada de Brasil, intentaron invitar Victor Hugo a un encuentro con el emperador, y la respuesta recibida fue breve: el escritor Víctor Hugo no visitó a nadie. La cuestión en cuestión no era sólo que al feroz republicano Víctor Hugo le gustaba permanecer aislado, sino también cómo el círculo aristocrático que rodeaba a Dom Pedro II intentaba impedirle ver a Hugo. Víctor Hugo era un republicano con inclinaciones sociales pero no socialista y, además, era un espiritista. El escándalo del encuentro no pudo ser mayor. Los habitantes de Orleans no vieron con buenos ojos el tipo de publicidad que esto podría generar en los periódicos franceses; y los brasileños del séquito imperial temían las repercusiones que una reunión de ese tipo en Brasil tendría en la opinión pública.
Sin embargo, Dom Pedro insistió. Varios intentos de reunirse con el escritor fracasaron. Hugo propuso reunirse en el Parlamento francés, donde él, como senador, daría un discurso. Pero Dom Pedro II rechazó esta propuesta. No quiso darle un carácter tan político y público a la reunión. Finalmente, sabiendo que el escritor recibía visitas en su residencia los martes y que era madrugador, como el monarca, Pedro Se dirigió solo a la residencia de Víctor Hugo el 22 de mayo de 1877, llamando a la puerta a las 9.
Con las siguientes palabras, Víctor Hugo registró en su diario la visita del emperador:
22 de mayo – 9 h – Visita del Emperador de Brasil. Larga conversación.
“Espíritu muy noble. Vio El arte de ser abuelo sobre una mesa. Se lo ofrecí y cogí un bolígrafo. Me dijo: '¿Qué vas a escribir?' Le respondí: 'Dos nombres, el tuyo y el mío'. Me dijo: 'Nada más. Eso es lo que iba a preguntarte. Escribí: 'A Dom Pedro de Alcântara. Victor Hugo.'
Me dijo: '¿Y la fecha?' Y agregué: 22 de mayo de 1877. Me dijo: 'Me gustaría tener uno de tus dibujos'. Tenía un paisaje del Castillo de Vianden que había hecho. Le di el dibujo. Él dijo: '¿A qué hora cenas?' Respondí: 'A las ocho'. Él dijo: "Un día de estos vendría a cenar contigo". Le respondí: 'Cuando quieras'. Siempre serás bienvenido.'
Derramó afecto sobre Georges y Jeanne [nietos de Victor Hugo]. Cuando entró, dijo: 'Dame un poco de confianza. Soy un poco tímido.' Hablando de reyes y emperadores, dijo: "mis colegas". En otro momento dijo: 'mis derechos... Luego prosiguió: 'Ya no tengo derechos. Tengo poder gracias al azar. Debo usarlo para hacer el bien. ¡Progreso y libertad!' Cuando Jeanne regresó, dijo: 'Tengo un deseo. Me gustaría que me presentaran a la señorita Jeanne. Le dije a Jeanne: '¡Jeanne, te presento al Emperador de Brasil!'
La nieta de Víctor Hugo, al mirar a este extraño hombre vestido con toda sencillez, le pareció muy extraño y dijo con suspicacia: "No tiene el manto de emperador". Dom Pedro se rió y respondió: 'Dame un besito, señorita.'
“Ella ofreció su mejilla. Él dijo: "Pero, Jeanne, dame un abrazo alrededor del cuello". Ella lo abrazó con sus diminutos brazos. Me pidió una fotografía de los niños y una mía y me prometió una de él. Salió a las once. Me habló de una manera tan seria e inteligente que al salir le dije: 'Señor, usted es un gran ciudadano'. Un detalle más. Al presentarle a Georges, le dije: 'Señor, le presento a mi nieto a Su Majestad'. Le dijo a Georges: 'Hijo mío, aquí hay una sola majestad y es Víctor Hugo'”.
Tras el encuentro, el escritor pasó por el hotel donde se alojaba el emperador y dejó la foto prometida en la recepción. En el sobre escribió: “Para el que desciende de Marco Aurelio”, comparando a Dom Pedro II con el emperador romano, considerado un sabio filósofo. Hugo no sería el primero ni el único en conectar a los dos emperadores. Durante la juventud de Dom Pedro, se publicó en Brasil un libro con los textos filosóficos de Marco Aurelio, dedicado al emperador y que presenta un retrato de él cuando era joven.
Dom Pedro II visitó una vez más al escritor el día 29, esta vez acompañado de su amigo, el barón de Bom Retiro. Además de París, Dom Pedro también visitó varias ciudades y regiones de Francia, como Bretaña. En Orleans participó en la fiesta en honor a Santa Juana de Arco. En Compiègne visitó la Exposición Industrial y Agrícola y en Meaux recorrió una fábrica de chocolate que utiliza cacao brasileño.
Referencia: REZZUTTI, Paulo. D Pedro II: A história não contada – O último imperador do Novo Mundo revelado por cartas e documentos secretos. Brasil: Leya, 2019.
Matheus Araújo
Matheus es emprendedor en Araujo Media, donde se desempeña como CEO y Director Creativo. Comparte análisis en su blog personal "matheusaraujo.me" y actualmente cursa la carrera de Publicidad y Propaganda. Además, tiene pasión por la historia, particularmente la de Brasil, lo que lo llevó a convertirse en fundador y editor del portal Brazilian History.